700 euros, una noche de amor es la historia de una decisión, de una difícil decisión. La que debe tomar una joven soñadora que huye de su pueblo -por motivos personales- con la esperanza de iniciar una nueva vida en la capital, con la ilusión de poder protagonizar la vida tantas veces soñada, deseada, anhelada. Pero el destino le tiene reservado un nuevo golpe lo que propiciará que ya nada sea como debería haber sido. Y es que la vida no siempre es que como uno quiere que sea. Ni siquiera es como uno espera que sea. La vida lleva a Luna, nuestra protagonista, por unos derroteros a los que nunca había aspirado. Ni tan siquiera contemplado. Ni en sus peores pesadillas. Luna es una joven que tiene la vida bastante encarrilada en su villa natal. Es licenciada en Turismo y disfruta de la compañía de un novio formal y de buena familia, (la mejor familia podríamos decir, todo un partido). En estas circunstancias, no es difícil augurarle un futuro bastante plácido y satisfactorio. Pero eso no es exactamente a lo que ella aspira puesto que al ser soñadora y ambiciosa, desea volar, viajar, descubrir nuevas costumbres, conocer mundo… Quizá por ello, su detallista novio, Manuel, que tan sólo aspira a verla envejecer feliz a su lado, ha iniciado un negocio inmobiliario que les aportará píngües beneficios y les permitirá vivir de la manera que ella tanto anhela. Sólo que ni el novio es, en realidad, como ella cree que es, ni el negocio inmobiliario es lo legal que debería ser, ni el futuro que les espera es el programado. Ni mucho menos. Manuel es el heredero de una buena familia, hijo de una latifundista que vió cómo su marido se iba de casa cuando el niño aún era pequeño. Mimado, consentido y siendo el único varón del hogar, Manuel está acostumbrado a que su voluntad sea ley. Y Luna se salta esa norma. Una vez más, el destino, se encargará de abrirles los ojos. A ambos. Y la realidad desnuda que se plante ante ellos no será de su agrado. Cuando Luna se vaya, sola en su coche, a probar fortuna en la capital, el fiel y detallista novio se convertirá en un ser muy distinto, áspero, vengativo, violento… ¡Cruel! Todos sabemos que la vida es dura en sí misma, pero aún lo es más, si cabe, para una joven inexperta y soñadora en un terreno hostil. La capital espera a nuestra protagonista para enseñarle sus uñas afiladas, sus colmillos manchados, lo peor de sí misma. Y su inocente suerte parecerá tocar fondo. Hasta que conozca a Gonzalo, el aspirante a actor, vital y optimista, positivo y sincero, el que siempre ve la botella medio llena. Él le hará entender que no todo es malo, que no todo es sucio, que no todo es tan fatalista como ella habrá llegado a creer. Y Luna descubrirá así un amor diferente. Un amor sin programación alguna, repleto de alegrías y de ternura. Un amor intenso, novedoso, sorprendente. Desgraciadamente, el destino se encargará una vez más (y otra, y otra… tenaz, incansable, doloroso) de mostrar su rostro más amargo, más ingrato, más violento. El sinsentido, la irracionalidad, el machismo en su aspecto más detestable, volverá a romper en mil pedazos los sueños reconstruídos de nuestra joven. Y será entonces cuando Luna encuentre ante sí una única salida, inesperada, incomprendida, criticable… Una única vía para intentar rehacer todo lo que se ha ido destrozando en su camino. Y esa vía no es otra que… la prostitución de lujo.